Teatro Experimental Popular Aficionado
El Teatro Experimental Popular Aficionado fue una iniciativa desarrollada por Isidora Aguirre a comienzos de la década del 70 en Santiago de Chile y otras ciudades del país. Consistió en un taller dirigido a sectores populares que tuvo dos grandes objetivos: acercar la cultura a grupos marginados y educar sobre las transformaciones del gobierno de Salvador Allende. En un principio la campaña de gobierno de la Unidad Popular le pidió a Isidora Aguirre llevar teatro a poblaciones, pero la autora decidió ocupar otra estrategia: no “llevar el teatro”, sino enseñarle a pobladores/as, campesinos/a y a internos de recintos penitenciarios, algunas herramientas para escribir y actuar sus propias obras de teatro. El resultado fue una metodología de trabajo que generaba una conversación y reflexión sobre problemas sociales como la pobreza, el hacinamiento o el alcoholismo, para luego representar escénicamente tales problemas, tomar conciencia de ellos y buscar soluciones colectivamente.
Dentro de TEPA existió el espectáculo Cabezones de la Feria, una forma de teatro político e itinerante actuado por actores aficionados –obreros/as, pobladores/as, analfabetos/as, tonys de circo, etc- que ocupaban grandes máscaras y túnicas confeccionadas por ellos mismos. Los personajes interpretaban sencillas historias encarnando a grupos políticos y económicos del contexto nacional: Juan, Juana y Juanito Pueblo (los sectores populares), Mister Dólar (la influencia de Estados Unidos), Señor Escudo (la clase alta chilena), Roboberto y Drill (robots que actuaban como maestros de ceremonia). A través de breves diálogos los personajes explicaban los cambios que estaba propiciando el gobierno de Allende, como una forma de concientizar y de informar aquello que la prensa, mayoritariamente de derecha, omitía o tergiversaba.